Desde esta plataforma te ofrecemos un modelo de contrato de compraventa de inmuebles Ad Corpus. Puede acceder a él presionando sobre el botón que dejamos abajo. El documento está disponible en dos formatos: PDF y en Word. Ambos totalmente editable y listos para imprimir.
Además del contrato, traemos información valiosa sobre el tema que debes conocer. Recuerda que si tienes dudas muy específica o quieres redactar un convenio a tu manera, recurre a un abogado para que te asesore legalmente. Aquí te damos todas las herramientas para proceder, sin embargo, procura la aprobación de un profesional si decides escribir el tuyo.
Contents
- 1 Descargar el contrato de compraventa de Ad Corpus en formato Word o PDF
- 2 ¿Qué es el contrato de compraventa de Ad Corpus?
- 3 ¿Qué contiene este tipo de contrato de compraventa?
- 4 El origen de la cláusula Ad Corpus
- 5 Un contrato de riesgo para ambas partes
- 6 ¿Cuándo se puede demandar a un vendedor bajo esta modalidad?
- 7 Preguntas frecuentes sobre el contrato de compraventa Ad Corpus
Descargar el contrato de compraventa de Ad Corpus en formato Word o PDF
El modelo que ofrecemos desde esta plataforma contiene todos los instrumentos legales y es válido. Tan solo debes descargar en tu ordenador o móvil y rellenar los espacios en blanco. También puedes modificar, quitar o agregar cláusulas, según tu conveniencia. Es posible, además, utilizar el formato aquí mostrado como un ejemplo a seguir para realizar uno personal.
Sin importar cuál sea tu intención, descarga aquí y disfruta gratis y seguro del documento:
¿Qué es el contrato de compraventa de Ad Corpus?
El contrato compraventa de Ad Corpus es aquel en donde se pacta la venta de un bien; en este caso un inmueble, que puede ser un vivienda o un terreno, sin tomar en cuenta sus medidas. Es decir, que se basa en la fijación del precio sin hacer un previo examen para evaluar las medidas o condiciones.
Es muy probable que te preguntes qué significa Ad Corpus. La tradición del latín al castellano de Ad es «el» y Corpus significa «cuerpo». En conjunto quiere decir «el cuerpo«. El nombre por si solo, no indica nada. No viene a la mente nada relacionado a un proceso legal. Pero, a nivel inmobiliario, se usa para indicar que se compra un cuerpo. Es decir, se adquiere un bien inmueble rural.
Este bien, no está definido y no posee metros exactos. Solo posee una dimensión en precio y se mide en función de las distancias. Esto no ocurriría, jamás, cuando se compra una vivienda en una zona urbana.
¿Qué contiene este tipo de contrato de compraventa?
El contrato o promesa de compra Ad Copus es similar a un contrato de compraventa de un vivienda con la particularidad ya mencionada. El modelo que puedes descargar aquí contiene todo lo necesario para proceder por esta vía. Pero, aquí te damos las herramientas para que puedas usarlo de ejemplo y modificarlo tanto como desees.
- Es de suma importancia que el acuerdo indique los datos de identificación de las partes. Los nombres completos, número de documento de identidad y más.
- En segundo aspecto, se considera incluir vías de comunicación. Es decir, indicar en el contrato, dirección domiciliar de ambos, correos electrónicos, números de teléfonos móviles o fijos.
- El documento debe contener el precio acordado para la propiedad. Así como se debe indicar la modalidad de pago: efectivo, transferencia o ingreso a cuenta. Esta última modalidad exige que, dentro del convenio, se escriba el número de cuenta al cual se realizará el depósito futuro.
- La fecha de entrega es de gran importancia agregarla ya que permite definir un lapso de tiempo estimado para cerrar el acuerdo.
- Las condiciones y medidas de la propiedad. Esta, sin duda, es una de las prioridades a encontrar en el acuerdo. El documento debe indicar las condiciones de los servicios, cableados, tuberías y más.
- Es indispensable, por lo menos, hacer una lista de enseres en donde se describe todo los artículos que se quedarán en la casa. Para ello, se agrega un apartado de «anexo» en donde se incluyen fotos de la misma.
El origen de la cláusula Ad Corpus
Quizá pensarás, ¿Por qué vender algo sin medir? En la actualidad es muy fácil medir las distancias y metros que posee una vivienda. Por ello, este tipo de contratos no suele ser tan atractivos. Para el comprador es más fácil ir y medir el lugar por sí mismo para certificar el tamaño real.
En la antigüedad no se contaba con las mismas herramientas. Sobre todo, si se trataba de un terreno o finca. Valiéndose de la cláusula, el vendedor establecía una medida, el comprador estaba conforme con ella y cerraban el acuerdo. Sin embargo, en aquellos años, se podían medir pero siempre se establecía un margen de error.
Desde entonces, la cláusula está dentro de nuestros procesos y contratos de compra – venta. Pero, como hemos indicado, hoy se cuentan con herramientas que ayudan al comprador a tener certeza de lo que adquiere.
Un contrato de riesgo para ambas partes
Como hemos mencionado, la cláusula Ad Corpus es un convenio que se remonta de hace muchos años y que hoy seguimos utilizando en zonas rurales. Muchas personas consideran que es un contrato de riesgo solo para el comprador. Porque este corre con el riesgo de pagar un terreno más pequeño de lo que indica el contrato. Pero, el vendedor también está en riesgo ya que, puede vender con una superficie muchísimo más amplia de lo que parece.
Por ello, en cualquier caso, cualquiera de las partes corre riesgos con la compra- venta del inmueble.
¿Cuándo se puede demandar a un vendedor bajo esta modalidad?
Este inmueble puede ser una casa, un piso, un terreno, una finca o cualquier otro derivado. Usualmente, se describe en el contrato los metros de referencia. Sin embargo, todo puede ser diferente si el comprador -después de adquirir el lugar- mide con exactitud. Para solventar este problema de medidas, los tribunales españoles indican lo siguiente:
El comprador puede reclamar ante un tribunal solo cuando las medidas indicadas en el contrato son muy distintas a las reales. Incluso después de firmarse. Esto obliga al vendedor a no mentir sobre las medidas e indicar un tamaño mucho mayor al real. Por ejemplo, se puede interponer una demanda cuando la medida sea superior en un 10 % a la indicada. No obstante, también afectan estos elementos de la casa:
- Las condiciones de la casa al momento de firmar el acuerdo.
- Las condiciones del espacio que rodea el inmueble, pero que pertenece al terreno comprado: árboles, plantas y demás.
- El estado de los servicios, cañerías, puertas, enchufes, cables y más.
Es decir, la demanda también varía según las condiciones de los aspectos antes indicados. Si se compra una vivienda usada y, después de acordar el contrato, el comprador nota que las cañerías están averiadas y requieren reparación, ¿Tiene derecho a demandar? La respuesta es NO. Bajo esta modalidad, el comprador asume la responsabilidad de comprar en las condiciones acordadas. Para ello, es necesario certificar todo antes de firmar.
Si, como comprador, quieres adquirir una propiedad con las condiciones y metros reales, se puede -dentro del acuerdo- abrir una extensión en donde se contrata a una empresa encargada de certificar los metros y las condiciones en general de la vivienda. De esta forma, negociar un mejor precio con el propietario. También se podría negociar el cambio de contrato, al tener las medidas específicas o, buscar otro inmueble que ofrezca lo necesario.
Preguntas frecuentes sobre el contrato de compraventa Ad Corpus
Después de la breve lectura sobre la cláusula Ad Corpus, aquí dejamos una serie de preguntas frecuentes relacionadas con el tema:
📕 ¿Cómo se establece el precio de este tipo de contratos?
El precio lo establece el dueño dependiendo de las condiciones del lugar y las medidas que, considera, posee la propiedad. Si un comprador está de acuerdo con la apreciación, se firma el acuerdo y listo.
📕 ¿Qué tan fiable es la medida indicada por el vendedor?
En líneas generales, las medidas suelen ser lo más precisas que el vendedor considere. Este es un mecanismo que se utilizaba en la antigüedad cuando complicado medir sobre superficies. Si no está conforme con este tipo de proceder, lo mejor es medir con exactitud el lugar y establecer un precio real o sugerir otro tipo de contratos.